México. Luz y Fuerza del Centro. Despilfarro escandaloso.
Aldo Ayala Guzmán
18-09-2009
© nuestromundoysusdesafios
Luz y Fuerza del Centro, empresa pública de distribución del centro de México con más de seis millones de usuarios, tiene el dudoso honor de ser, y con mucha diferencia la empresa eléctrica de Latinoamérica más ineficiente y corrupta. Los efectos de su situación obligan a otorgarle subsidios ingentes por parte del estado mexicano, las pérdidas del año 2008 sin subvenciones hubieran ascendido a más de cuatro mil quinientos millones (>4,500) millones de dólares al año, casi lo que supone uno de los impuestos más controvertidos de México –el IETU-, y cerca de lo que ha supuesto para el 2009 uno de los programas sociales más exitosos de Latinoamérica –Oportunidades- que llega casi al 25% de la población del país.
Adolfo López Mateos, uno de los presidentes más populares de México, tiene entre sus grandes errores, el mayor en el ámbito económico, el haber nacionalizado Luz y Fuerza del Centro el año 1960 le ha costado al país centenares de miles de millones de pesos. Sólo en los últimos diez años los subsidios a Luz y Fuerza han supuesto una sangría al país de unos 25,000 millones de dólares, y la situación lejos de mejorar se ha seguido deteriorando.
(También en su mandato junto a su gran carisma, impresionantes dotes de orador, y una enorme empatía en la relación personal, comenzó la represión política de la mano de sus secretarios de gobernación, y futuros presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echevarría Álvarez)
Luz y Fuerza del Centro, dejando aparte a la también mexicana Comisión Federal de Electricidad, es la mayor empresa distribuidora de energía eléctrica de Latinoamérica con más seis millones de usuarios y con una entrada de más de 43,000 GWh en su red de distribución. La energía que entra en sus redes estaría por encima del 80% del total de la energía eléctrica que generan países como Colombia y Chile.
Desafortunadamente es además la más ineficiente y corrupta de América Latina, aspecto en el que destaca sobradamente, sin que exista empresa o ente público que se le acerque en este aspecto. No sólo es imposible compararla con las empresas de América Latina que han mejorado sustancialmente con las privatizaciones de los años noventa, sino que es también muchísimo más ineficiente que la Comisión Federal de Electricidad –la CFE-, empresa pública mexicana también que es la empresa generadora más importante del país, y que distribuye en todo el resto del país.
La situación actual de Luz y Fuerza del Centro tiene además todos los agravantes posibles dentro del contexto de comparación de Latinoamérica:
- México es uno de los países con mayor renta per capital de Latinoamérica, y la zona de distribución de Luz y Fuerza del Centro tiene mayor renta per capita que el resto del país.
- Al tratarse de una zona fundamentalmente urbana y concentrada las sinergias que se producen deberían permitir niveles de eficiencia mayores que en empresas de distribución con zonas rurales o centros de consumo dispersos.
- Sus trabajadores cuentan con las mejores condiciones de toda Latinoamérica, tanto en condiciones salariales, como en prestaciones, jubilación, … (Además tiene entre tres y cuatro veces más empleados que los que serían necesarios en términos comparables con otras empresas de Latinoamérica).
Lo último es un agravante no por las condiciones en si mismas, aunque sean insostenibles, sino porque el disfrutar de ellas debiera obligar a sus trabajadores a realizar de forma encomiable y diligente sus trabajos lo que evidentemente no hacen; y en vez de ser la vergüenza del sector público de México, fuera una empresa modelo de eficiencia.
No es ajeno a toda esta lamentable situación el Sindicato Mexicano de Electricistas que lejos de colaborar en la mejora operativa de la empresa, la hunde cada vez, manipulando una y otra vez a la opinión pública con mensajes caducos y tramposos, que encuentran eco por los recursos que les transfiere, en los grupos más cercanos al candidato perdedor del 2006, Andrés Manuel López Obrador, que además se lucran personalmente con la corrupción de la empresa.
Los datos son aplastantes, las pérdidas de energía son casi del 33%, cuando podrían llegar al 9% -las leyes de la física hacen que haya pérdidas inevitables, las denominadas físicas- lo que da un 24% de pérdidas que se van a la clasificación de ineficiencia/corrupción.
En términos comparativos la otra empresa pública de México, con un territorio más extendido y con mayores pérdidas de las que hemos denominado inevitables, tiene casi un 12%, y las que podríamos clasificar en ese epígrafe de ineficiencia/corrupción de un 2%.
(Las pérdidas de energía de la CFE son perfectamente comparables y homologables con el resto de Latinoamérica)
La comparación rigurosa entre Luz y Fuerza del Centro y la CFE, es aterradora; Luz y Fuerza tendría entre once y doce veces más pérdidas la CFE, que no son debidas a las leyes de la Física, sino que son pérdidas gestionables y que se pueden y se deben reducir.
Por muy orgullosos que seamos los mexicanos debemos reconocer que la corrupción de Luz y Fuerza del Centro es galopante, escandalosa y manifiesta a simple vista; basta ir a los cientos de mercados ambulantes de la Ciudad de México y ver instalaciones permanentes de toma ilegal de energía, … , conexiones y manipulaciones ilegales en muchos de los barrios de la ciudad con los populares diablitos, …
Y muchos de los que tienen o usan estas conexiones ilegales pagan, aunque sea menos que lo correspondería. Lo que pagan va a una larga cadena de corrupción; hay dinero para el empleado de Luz y Fuerza que no corta, para los líderes del Sindicato Mexicano de Electricistas, para el líder de los ambulantes de una cuadra o manzana, para el líder de líderes de los ambulantes, funcionarios de municipios y delegaciones, para las organizaciones políticas que apoyan a la izquierda corrupta del Frente Amplio Progresista que son la médula espinal del movimiento de Andres Manuel López Obrador, eso sí después de haberse quedado una parte en manos de sus líderes, cuyos nombres son de sobra conocidos.
En lo que se refiere a sus gastos operativos están desbocados por dos razones; unos índices de eficiencia ínfimos de usuarios por empleado en términos comparables para la industria eléctrica que no llegan a 150 usuarios por empleado, y unas condiciones salariales y de prestaciones que no tienen parangón en Latinoamérica, y que no son soportables para la economía de la empresa.
Insistir en que estas condiciones para sus trabajadores, y el número desmedido de los mismos, no les ha llevado a ser una empresa modelo, sino la vergüenza del sector público mexicano.
Las conclusiones son muy claras; si Luz y Fuerza trabajara con estándares razonables incrementaría un 30% la energía facturada y en términos de reducción de gastos, una gestión razonable debería reducirlos al menos en un 50%. Esos cambios supondrían al año más de 27,000 millones de pesos, unos 2,000 millones de dólares.
Los datos económicos de la compañía son patéticos; la compañía de Luz y Fuerza del Centro sólo factura el 48% de sus gastos de explotación, sin incluir en estos gastos la depreciación de sus instalaciones ni los gastos financieros por la financiación de sus inversiones.
Sin las subvenciones del Gobierno Federal de México, las pérdidas del Luz y Fuerza del Centro hubieran ascendido a más de 55,000 millones de pesos, y traspasándoles el efecto financiero de financiar sus inversiones hubieran sobrepasado los 60,000 millones de pesos; más de cuatro mil quinientos millones de dólares.
Para poner en contexto estos importes, el programa social más importante de México –Oportunidades- que llega casi a un 25% de una población de poco más de cien millones de habitantes , y es uno de los más importantes y exitosos de Latinoamérica, tiene un presupuesto para el 2009 de unos 50,000 millones de pesos (3,800 millones de dólares).
Los importes anteriores están cerca de la recaudación de un impuesto muy controvertido en México, el Impuesto Empresarial a Tasa Única –el IETU-, ¿podría reducirse la sangría de Luz y Fuerza y a cambio derogar el IETU?
Doce días después de que México celebre el Bicentenario de su Independencia, la nacionalización de la industria eléctrica de México cumplirá cincuenta años.
Nota del Editor. En proceso de ampliación de nuevos contenidos y autores para este Blog, y en edición de este artículo, se publicó una información muy interesante de Luz y Fuerza del Centro en el periódico La Razón publicado en México, (razon.com.mx). Desde aquí un saludo a los profesionales de La Razón, y a su director Pablo Hiriart, y la recomendación de que accedan a su web.
Aldo Ayala Guzmán
18-09-2009
© nuestromundoysusdesafios
Luz y Fuerza del Centro, empresa pública de distribución del centro de México con más de seis millones de usuarios, tiene el dudoso honor de ser, y con mucha diferencia la empresa eléctrica de Latinoamérica más ineficiente y corrupta. Los efectos de su situación obligan a otorgarle subsidios ingentes por parte del estado mexicano, las pérdidas del año 2008 sin subvenciones hubieran ascendido a más de cuatro mil quinientos millones (>4,500) millones de dólares al año, casi lo que supone uno de los impuestos más controvertidos de México –el IETU-, y cerca de lo que ha supuesto para el 2009 uno de los programas sociales más exitosos de Latinoamérica –Oportunidades- que llega casi al 25% de la población del país.
Adolfo López Mateos, uno de los presidentes más populares de México, tiene entre sus grandes errores, el mayor en el ámbito económico, el haber nacionalizado Luz y Fuerza del Centro el año 1960 le ha costado al país centenares de miles de millones de pesos. Sólo en los últimos diez años los subsidios a Luz y Fuerza han supuesto una sangría al país de unos 25,000 millones de dólares, y la situación lejos de mejorar se ha seguido deteriorando.
(También en su mandato junto a su gran carisma, impresionantes dotes de orador, y una enorme empatía en la relación personal, comenzó la represión política de la mano de sus secretarios de gobernación, y futuros presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echevarría Álvarez)
Luz y Fuerza del Centro, dejando aparte a la también mexicana Comisión Federal de Electricidad, es la mayor empresa distribuidora de energía eléctrica de Latinoamérica con más seis millones de usuarios y con una entrada de más de 43,000 GWh en su red de distribución. La energía que entra en sus redes estaría por encima del 80% del total de la energía eléctrica que generan países como Colombia y Chile.
Desafortunadamente es además la más ineficiente y corrupta de América Latina, aspecto en el que destaca sobradamente, sin que exista empresa o ente público que se le acerque en este aspecto. No sólo es imposible compararla con las empresas de América Latina que han mejorado sustancialmente con las privatizaciones de los años noventa, sino que es también muchísimo más ineficiente que la Comisión Federal de Electricidad –la CFE-, empresa pública mexicana también que es la empresa generadora más importante del país, y que distribuye en todo el resto del país.
La situación actual de Luz y Fuerza del Centro tiene además todos los agravantes posibles dentro del contexto de comparación de Latinoamérica:
- México es uno de los países con mayor renta per capital de Latinoamérica, y la zona de distribución de Luz y Fuerza del Centro tiene mayor renta per capita que el resto del país.
- Al tratarse de una zona fundamentalmente urbana y concentrada las sinergias que se producen deberían permitir niveles de eficiencia mayores que en empresas de distribución con zonas rurales o centros de consumo dispersos.
- Sus trabajadores cuentan con las mejores condiciones de toda Latinoamérica, tanto en condiciones salariales, como en prestaciones, jubilación, … (Además tiene entre tres y cuatro veces más empleados que los que serían necesarios en términos comparables con otras empresas de Latinoamérica).
Lo último es un agravante no por las condiciones en si mismas, aunque sean insostenibles, sino porque el disfrutar de ellas debiera obligar a sus trabajadores a realizar de forma encomiable y diligente sus trabajos lo que evidentemente no hacen; y en vez de ser la vergüenza del sector público de México, fuera una empresa modelo de eficiencia.
No es ajeno a toda esta lamentable situación el Sindicato Mexicano de Electricistas que lejos de colaborar en la mejora operativa de la empresa, la hunde cada vez, manipulando una y otra vez a la opinión pública con mensajes caducos y tramposos, que encuentran eco por los recursos que les transfiere, en los grupos más cercanos al candidato perdedor del 2006, Andrés Manuel López Obrador, que además se lucran personalmente con la corrupción de la empresa.
Los datos son aplastantes, las pérdidas de energía son casi del 33%, cuando podrían llegar al 9% -las leyes de la física hacen que haya pérdidas inevitables, las denominadas físicas- lo que da un 24% de pérdidas que se van a la clasificación de ineficiencia/corrupción.
En términos comparativos la otra empresa pública de México, con un territorio más extendido y con mayores pérdidas de las que hemos denominado inevitables, tiene casi un 12%, y las que podríamos clasificar en ese epígrafe de ineficiencia/corrupción de un 2%.
(Las pérdidas de energía de la CFE son perfectamente comparables y homologables con el resto de Latinoamérica)
La comparación rigurosa entre Luz y Fuerza del Centro y la CFE, es aterradora; Luz y Fuerza tendría entre once y doce veces más pérdidas la CFE, que no son debidas a las leyes de la Física, sino que son pérdidas gestionables y que se pueden y se deben reducir.
Por muy orgullosos que seamos los mexicanos debemos reconocer que la corrupción de Luz y Fuerza del Centro es galopante, escandalosa y manifiesta a simple vista; basta ir a los cientos de mercados ambulantes de la Ciudad de México y ver instalaciones permanentes de toma ilegal de energía, … , conexiones y manipulaciones ilegales en muchos de los barrios de la ciudad con los populares diablitos, …
Y muchos de los que tienen o usan estas conexiones ilegales pagan, aunque sea menos que lo correspondería. Lo que pagan va a una larga cadena de corrupción; hay dinero para el empleado de Luz y Fuerza que no corta, para los líderes del Sindicato Mexicano de Electricistas, para el líder de los ambulantes de una cuadra o manzana, para el líder de líderes de los ambulantes, funcionarios de municipios y delegaciones, para las organizaciones políticas que apoyan a la izquierda corrupta del Frente Amplio Progresista que son la médula espinal del movimiento de Andres Manuel López Obrador, eso sí después de haberse quedado una parte en manos de sus líderes, cuyos nombres son de sobra conocidos.
En lo que se refiere a sus gastos operativos están desbocados por dos razones; unos índices de eficiencia ínfimos de usuarios por empleado en términos comparables para la industria eléctrica que no llegan a 150 usuarios por empleado, y unas condiciones salariales y de prestaciones que no tienen parangón en Latinoamérica, y que no son soportables para la economía de la empresa.
Insistir en que estas condiciones para sus trabajadores, y el número desmedido de los mismos, no les ha llevado a ser una empresa modelo, sino la vergüenza del sector público mexicano.
Las conclusiones son muy claras; si Luz y Fuerza trabajara con estándares razonables incrementaría un 30% la energía facturada y en términos de reducción de gastos, una gestión razonable debería reducirlos al menos en un 50%. Esos cambios supondrían al año más de 27,000 millones de pesos, unos 2,000 millones de dólares.
Los datos económicos de la compañía son patéticos; la compañía de Luz y Fuerza del Centro sólo factura el 48% de sus gastos de explotación, sin incluir en estos gastos la depreciación de sus instalaciones ni los gastos financieros por la financiación de sus inversiones.
Sin las subvenciones del Gobierno Federal de México, las pérdidas del Luz y Fuerza del Centro hubieran ascendido a más de 55,000 millones de pesos, y traspasándoles el efecto financiero de financiar sus inversiones hubieran sobrepasado los 60,000 millones de pesos; más de cuatro mil quinientos millones de dólares.
Para poner en contexto estos importes, el programa social más importante de México –Oportunidades- que llega casi a un 25% de una población de poco más de cien millones de habitantes , y es uno de los más importantes y exitosos de Latinoamérica, tiene un presupuesto para el 2009 de unos 50,000 millones de pesos (3,800 millones de dólares).
Los importes anteriores están cerca de la recaudación de un impuesto muy controvertido en México, el Impuesto Empresarial a Tasa Única –el IETU-, ¿podría reducirse la sangría de Luz y Fuerza y a cambio derogar el IETU?
Doce días después de que México celebre el Bicentenario de su Independencia, la nacionalización de la industria eléctrica de México cumplirá cincuenta años.
Nota del Editor. En proceso de ampliación de nuevos contenidos y autores para este Blog, y en edición de este artículo, se publicó una información muy interesante de Luz y Fuerza del Centro en el periódico La Razón publicado en México, (razon.com.mx). Desde aquí un saludo a los profesionales de La Razón, y a su director Pablo Hiriart, y la recomendación de que accedan a su web.
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ResponderEliminarPues tu documento tiene muchos datos pero poca profundidad en los culpables hablas de los trabajadores y su baja productividad cuando los convenios que se conocen rebasaban las espectativas de produccion, comparas a LYF con CFE dejando de lado que cfe tiene sub empresas privadas para ciertas funciones o muchas funciones las cuales el gobierno que es el que administra las dos empresas una en proceso de liquidacion los cuales son empleados designados por el ejecutivo y hacienda, que quiero decir no se hasta donde sea culpa de los trabajadores pero lo que si se es que un mucho es culpa del gobierno pues eso de comprar la electricidad a 80 centavos el watt y venderlo a 60 no es negocio y estar obligado por los contratos firmados con particulares para comprar la luz en bloque la necesites o no tampoco lo es.menos cuando estaba subsidiada pues era dinero que se pagaba integro a cfe por concepto de compra de luz en bloque.
ResponderEliminarEn fin no defiendo tus conceptos de los diablitos y todo eso es cierto lo vemos en todos los mercados y estaciones del metro pero segun la ley es delto y ahi deberia actuar la policia no tanto es culpa de los empleados yo li que ellos descolgaban gente y se retiraban del lugar y horas espues se volvian a colgar si uno como sociedad no es conciente de lo que es bueno omalo pues no se puede culpar a una sola persona de eso