Marco Aurelio
19-08-2009
© nuestromundoysusdesafios
Como indicaba en el artículo anterior sobre Manuel Zelaya en este Blog, no le están ayudando en nada sus amistades peligrosas con regímenes dictatoriales como Cuba, extremadamente corruptos como el de Nicaragua, que aplastan la libertad de prensa como Venezuela y Ecuador, o que cuando un opositor gana una alcaldía como de la Caracas, o gobiernos de estados se cambian las reglas de sus competencias y presupuesto para minimizarlas como ocurre en Venezuela.
Extraña combinación de actores; tres presidentes; dos ex guerrilleros, y uno golpista, dándole protagonismo a un latifundista hondureño, con una familia marcada por la Matanza de los Horcones en plena época de gobiernos militares de Honduras.
A pesar de la tranquilidad relativa de Honduras en comparación con sus vecinos, existió un movimiento reivindicativo de tierras para agricultores pobres. Uno de sus grupos era la Unión Nacional de Campesinos (UNC), cuyos métodos eran absolutamente pacíficos, preparó una marcha reivindicativa para el 25 de junio de 1975.
El 24 de junio a un grupo de 14 campesinos y activistas que les acompañaban, fueron violentamente conducidos a la Hacienda de los Horcones propiedad de la familia Zelaya, donde fueron torturados, luego asesinados, y finalmente enterrados en una fosa común.
Entre las víctimas de esa masacre figuraron los sacerdotes Casimiro Cypher (estadounidense) e Iván Betancourt (colombiano), junto a otras doce personas, de las que ninguna tenía arma alguna.
La presión internacional obligó a un juicio donde entre otros condenados estuvo el padre de Manuel Zelaya, y siempre existió el rumor, que se ha mantenido hasta la fecha, de la participación del propio Manuel Zelaya. En menos de cinco años todos los culpables fueron indultados.
Exonerado finalmente en el proceso judicial, lo que siempre ha sorprendido ha sido la actitud del actual Presidente Manuel Zelaya sobre esos hechos, negando la participación de su padre –contra la condena de los tribunales, en una época de dictadura militar-, y sosteniendo que los cuerpos una vez asesinados es cuando fueron llevados a la finca de su familia.
Respecto a él, se conoce y no es extraño en esa zona del mundo, su gran afición a las armas, lo que incluso puede ser necesario en aquellas tierras para conservar la vida. Valga de esa afición una foto de juventud de Manuel Zelaya con al menos una metralleta y dos pistolas, que aclaro no se corresponde a una etapa como guerrillero comunista de Sierra Maestra, o guerrillero centroamericano.
No creo que haya querido ser actor, pero de esta guisa no hubiera podido serlo ni en una película de Serie D.
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